sábado, 27 de octubre de 2007

Viernes 27de octubre de 2007: Nuevo Horizonte, sede c.

Llegué al colegio a las 2:30, inmediatamente fui a buscar a los niños. Primero entré al saló de Maryury, ella no quería ir, estaba muy a penada por lo que había escrito la semana pasada, pero se paró agarró sus cosas y salió del salón. La profesora me preguntó si en nuestro proyecto había radio y me dijo que ella había estado trabajando con los niños una especie de noticiero y que quería socializarlo, yo llamé a Olga porque pensé que los niños del periódico podían hacer algo. Creo que vale la pena escuchar lo que esta profesora tiene que decir, ella siempre a mostrado interés por lo que hacemos y tiene un curso muy pequeño por lo que trabajar con los niños no sería difícil.

Pasé por el curso de Genaldo y la profesora no estaba, por lo cual, los niños se estaban divirtiendo y él no quería ir a ningún lado. Más tarde me dijo que no le gustaba estar rodeado por tres mujeres. Luego pasé por el curso de Daisy y Willmer, que definitivamente no va a trabajar con nosotros. El grupo que iba a ser de 5 y luego fue de cuatro, terminó siendo de tres, pero así ha funcionado bastante bien.

Fuimos a la sala de profesores y el ambiente estaba pesado, estaba lloviendo y Genaldo no quería estar con nosotras. Yo no quería obligarlo a quedarse, sobretodo porque nunca había tenido problemas con él, y siempre le había gustado estar en el grupo, el problema era el día, porque en su salón estaba jugando con sus amigos. Entonces le expliqué que íbamos a hacer y le di la opción de devolverse. Traté de sonar lo más conciliadora posible. Decidió quedarse, de todas formas nos tomó un par de minutos sentirnos cómodos.

La actividad del día me ayudó mucho, porque había llevado la cámara para que los niños le tomarán fotos al colegio y a sus compañeros, la idea era que después podíamos hablar de lo que habían fotografiado. Le di la cámara y dejé que se tomaran fotos entre ellos y que me tomaran fotos a mí (porque todos querían tomarme un foto). Al principio Daisy no quería tomar, ni que le tomaran fotos, Genaldo en cambio estaba emocionado con la cámara y Maryury posaba para todos. Después de un rato Daisy se animó y cogió la cámara.

A la hora del recreo todos estaban muy contentos y no podían esperar. Salimos y le tomaron fotos a sus amigos, a sus hermanos, al parque, a unas escaleras, al barrio, a unos niños trepados en unas piedras y a todo el que se atravesaba, porque apenas los niños vieron una cámara todos querían ser fotografiados. Después de un rato, Genaldo se fue a jugar fútbol y nosotras nos quedamos con la cámara.

Estaba haciendo mucho frío así que decidimos entrar y esperar a Genaldo en la oficina de Orlando. Una vez estuvimos todos juntos revisamos las fotos. Maryury posó para todos porque le parece que sale bonita, sólo no le gusto una, según dice se veía fea. Ella de verdad es bonita y por eso todos los niños la molestan y le dicen cosas. Ella alguna vez me dijo que eso no le gustaba, aunque nunca pelea y siempre está sonriente. Le tomó fotos a su hermana con el novio, o por lo menos eso quería hacer porque el no se dejó. También le tomó una foto al parque, que le parece muy bonito y a mí porque le caigo muy bien. Todo lo escribió. Aunque no se le entiende bien, prefiere escribir a hablar. De hecho cuando vio el papel donde estaba escribiendo la semana anterior sobre el colegio lo cogió inmediatamente para completarlo, ni siquiera se lo tuve que pedir, luego lo pasó en otra hoja. Lo que era una lista de problemas se convirtió en una especie de carta sobre su colegio, que no le gusta, lo ha dicho en repetidas ocasiones. También le pregunté si le había dicho a alguien lo que había escrito sobre el papá, le pregunté si quería mostrarle el dibujo a Orlando y me dijo que le daba pena, pero me pidió que yo fuera y le mostrara.

Daisy quería tomarle una foto a su hermana, que tenía un ojo morado, porque el novio la había visto con otro y le había pegado, hay que tener en cuenta que la hermana de Daisy tiene 7 años. Descubrí que a Daisy no le gusta escribir, pero le gusta pintar y hablar, habla más que todos. Me contó que a su hermana la echaron del colegio, ósea de la sede b y le tocó pasar a la rural, cambio que no le gustó mucho. Se pasó el resto del tiempo pintando. Había unas temperas sobre la pesa y todos querían pintar con ellas.

A Genaldo sí le gusta su colegio, lo que le molesta es pelearse con otros niños. Eso escribió en el mapa del colegio, que fue el ejercicio que habían hecho las niñas la semana anterior. Me dijo que como estaba de buen humor lo iba a hacer bonito. Pintó el colegio y sacó una flecha desde su salón y escribió “es mi salón Bacano, porque hay niños bacanos” y luego sacó una flecha del salón de al lado y escribió “aquí me cae mal este salón”, me dijo que lo que pasaba es que se peleaba con unos niños de ese salón y escribió que en resumen el colegio le cae bien.

Revisamos todas las cosas que habíamos hecho, a todos les parece muy gracioso que Daisy no sepa cual es su cargo y no les gusta que los niños pelean mucho. Para concretar todo lo que han escrito vamos a hacer un dibujo grande en un pliego de papel periódico, donde incluyan la sede A y B. La idea es que puedan plasmar todo lo que han hecho ahí. Se me ocurre que podrían convertir lo que han escrito en pregunta. En vez de escribir “tengo un cargo y no sé que es” poner “¿por qué no sé cuál es mi cargo?”. A los niños les entusiasma mucho la idea de poder hacer algo grande y con temperas, me dijeron que llevara temperas de muchos colores.

Después de terminar con los niños de mi grupo fui a despedirme de Orlando, que me dijo que lo ayudara con el periódico mural, que me fijara que los niños terminaran los artículos, para poder imprimirlos y pegarlos. Vi lo que hicieron y no creo que entiendan lo que están escribiendo, son artículos científicos, sobre el clima y los tornados y cosas así. De todas formas lo que sí me pareció bonito fue que hicieron dibujos sobre el papel dónde pegaron los artículos. No alcanzaron a colgar el periódico porque se terminó el tiempo y tuvieron que irse a la casa. Esperan poder pegarlo el martes, esa es la parte del proceso que les parece más chévere, de verdad quieren ver su periódico pegado en la pared, aunque les da miedo que los niños de la mañana lo despeguen, preocupación que también tienen las profesoras de la sede B. Las jornadas tienen dinámicas muy distintas y hay un problema de celos entre ellas.

jueves, 25 de octubre de 2007

Lluvia de Noticias en la B

Como ya les había dicho, hoy publicamos nuestro primer periódico mural: Lluvia de Noticias. Desde las siete de la mañana y casi hasta las doce estuvimos forrando artículos y fotos, haciendo dibujos en la tela y dando los últimos toques al trabajo de los niños.
Me llamó la atención que los niños más grandes no quisieron intervenir la tela, la mayoría decía "¿qué tal que me quede feo?"; los niños de preescolar, en cambio, no preguntaron nada y se lanzaron a pintar cuanta figura se les pasaba por la cabeza.
Fue bonito porque pudimos reunirnos de nuevo con todo el grupo de trabajo y todos los niños pudieron aportar algo, incluso los niños de fotocopias, con los que no hemos podido trabajar, tuvieron un papel importante hoy. Los niños quedaron contentos con el resultado de su trabajo, aunque no pudimos publicar los textos de todos, porque algunos de ellos, a pesar de haberlos escrito, nunca los llevaron.
Se inició, también, un intercambio de correspondencia con los niños del periódico de la Rural. Los niños de fotografía se dieron a la tarea de contestar la carta que la Rural les envió para publicar en su Lluvia de Noticias. Curiosamente al momento de firmar siempre ponían la jornada de la sede y su nombre o el grupo al que pertenecían (al grado o si eran de reportería, fotografía, etc.)
Mañana esperamos publicar el periódico mural que, bajo la dirección del profesor Orlando, hicieron los niños de la rural. Es un periódico que de noticioso tiene poco (sólo el artículo de Laurita sobre los problemas del colegio), pero que es, creo yo, la primera aproximación que tienen con el mundo de la información, así que como todo primer intento lo importante es lo que se aprende.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Conociendo la otra cara del General

Gracias a mi desorden la lista de los inscritos en prensa se extravió el mismo día de Proyecto LEA, así que la primera vez que nos reunimos con los niños del periódico, el lunes pasado, nos vimos obligadas a pasar por los salones preguntado quiénes se habían anotado en nuestro grupo. Conseguir la autorización fue fácil, reunir a los niños no tanto, tal como nos advirtió la coordinadora Gladis, se nos coló más de uno y de 901 salimos con 13 integrantes. Pasamos, también, por 802 pero esta vez sólo dejamos ir con nosotros a dos niños de los que nos acordábamos. Como no recordábamos los nombres de los otros niños y no nos queríamos arriesgar a pasar por otro salón, porque quién sabe cuántos iban a salir, decidimos ir a la sala de profesores, nuestro sitio de reunión.

La reunión no fue sencilla, los niños estaban bastante inquietos y cansones, no se escuchaban entre ellos y todos hablaban al tiempo. La verdad yo estaba muy molesta porque creía que la mayoría no pertenecía a nuestro grupo, pero no teníamos más opción que trabajar con ellos y tratar de colar el grupo, así que por primera vez pusimos una condición de trabajo: quién no trae lo que se acuerde para la sesión, no entra. Condición que luego se convirtió en dos: el que no respeta la palabra, tampoco puede estar con nosotros.
Cuando llegué a mi casa empecé a buscar los textos que habíamos recogido el día de proyecto LEA, para comprobar quiénes no eran parte de nuestro grupo. Haciendo esto descubrí varias cosas, la primera de ellas que la lista todavía existía, la segunda que la mitad de los niños con los que nos reunimos sí eran de prensa, no encontré el artículo de algunos inscritos, hubo niños que no pasaron por nuestro salón pero que por algún motivo conocieron nuestro trabajo y se inscribieron con nosotras y que el más cansón, quién pensabamos que era el más colado de todos los colado, sí estaba inscrito y que su texto estaba relativamente bien hecho.
La dificultad para trabajar con este grupo y la generación espontánea de normas, me hizo pensar que tal vez sería bueno que acordaramos con ellos ciertas reglas de juego; lo cual me parece interesante en el plano de los acuerdos, pero por otro lado, me parece que siendo ellos los más grandes, en las otras sedes trabajamos con niños de primaria, no deberíamos tener que decirles cómo comportarse, en esa medida considero que los acuerdos a los que lleguemos con ellos no debe ser unas normas prohibitorias sino que deben estar encaminados a delimitar nuestro espacio de trabajo y sus metas, es decir: por qué y para qué nos reunimos, qué queremos obtener al final del proceso, cómo vamos a trabajar. No sé si acuerdos de este tipo puedan contribuir a un mayor respeto entre ellos y lo que dicen, esa es una de las cosas que más me molesta, todo el tiempo se están burlando de las dudas y comentarios de sus compañeros, yo entiendo que eso hace parte de la dinámica escolar, pero una cosa es ser chistoso y otra muy distinta es ridiculizar a los compañeros y ser un payaso. En fin, no sé bien cómo funcionaría esto, pero me pone en una situación incómoda porque no me gustan las normas, creo que cada cuál tiene derecho a decidir cómo comportarse, tampoco me gusta tener que imponer el orden, ni tener que estar todo el tiempo seria para que los niños trabajen, supongo que la idea de llegar a acuerdos sería evitar este tipo de cosas, pero no sé bien cómo.
El dato del día: 22 niños conforman el grupo de prensa, 5 de ellos huyen de religión así que probablemente regresen la proxima semana. El lunes tendremos 5 miembros más, que serán elegidos por los profesores.
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Les cuento que mañana habrá Lluvia de Noticias en Nuevo Horizonte B. ¡Por fin pegaremos nuestro primer periódico mural!